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»El que ofrezca un animal de su ganado como sacrificio que debe quemarse completamente tendrá que ofrecer un toro que no tenga ningún defecto. Para que el SEÑOR acepte la ofrenda en su altar, tendrá que llevárselo a la entrada de la carpa donde me encuentro con ustedes. Entonces colocará la mano sobre la cabeza del animal para que ese sacrificio que debe quemarse completamente sea aceptado y sirva para purificarlo. Degollará el animal ante el SEÑOR y luego, los hijos de Aarón, los sacerdotes, derramarán la sangre alrededor del altar que queda cerca de la entrada de la carpa del encuentro.

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